En el contexto actual, la presencia de conflictos no gestionados representa una amenaza silenciosa para el rendimiento, la cultura y la sostenibilidad de cualquier organización. El conflicto es considerado un riesgo psicosocial.
Nuestros estudios muestran que los conflictos no sólo afectan a las personas directamente implicadas, sino que se expanden de manera transversal, deteriorando la productividad, el clima laboral y causando enfermedades a las personas trabajadoras .
Diagnóstico basado en evidencia: ¿Qué revelan los datos?
- 86,9% de los conflictos se originan en pequeños núcleos de 1 a 6 personas, pero el el impacto alcanza a toda la organización.
- 69,52% de las personas perciben un alto nivel de desgaste organizacional como consecuencia directa del conflicto.
- 82,42% señala que afecta de manera significativa a la productividad y calidad del trabajo.
Estos datos evidencian que el conflicto no es un “problema blando”; es un factor estratégico que compromete resultados y competitividad.
¿Dónde nacen los conflictos organizacionales?
Los conflictos pueden originarse por múltiples factores:
- Estructurales: deficiencias en la organización interna, falta de recursos, ambigüedad en las funciones.
- Relacionales: dificultades interpersonales y problemas de comunicación.
- De intereses o valores: choques de objetivos individuales con los colectivos, diferencias éticas.
- De información: fallos de comunicación y falta de transparencia.
Entender el tipo y la raíz del conflicto es esencial para diseñar estrategias de resolución efectivas.
La Brecha Crítica: reconocer el problema no es suficiente
Aunque el 90,45% de los equipos reconoce la existencia de conflictos, apenas el 46,02% percibe acciones organizativas reales para gestionarlos. Este desfase entre el reconocimiento y la intervención debilita el liderazgo, erosiona la confianza interna y puede llegar a afectar a la salud de las personas, por lo tanto, al absentismo.
¿Por Qué Actuar Ahora?
- Una organización que aborda el conflicto de forma profesional:
- Normaliza la existencia de las tensiones al conocer herramientas para gestionarlo.
- Recupera la confianza interna y fortalece el compromiso. – Mejora la productividad y la calidad operativa.
- Construye una cultura de innovación, respeto y colaboración.
¿Quieres convertir el conflicto en una oportunidad de crecimiento? Contáctanos para realizar un diagnóstico profesional y empezar a construir un entorno de trabajo más saludable y eficiente.